Kev MacMurray acaba de cumplir treinta y cinco años y siente que ha llegado el momento de dar un cambio a su vida. No sabe por qué, pero últimamente se está asfixiando y está convencido de que no puede seguir donde está. Lo único que lo retiene es la boda de Tim, su mejor amigo.
Pero Tim anula la boda y una noche Kev coincide con Susana y respira por primera vez en mucho tiempo.
¿Por qué no le había sucedido antes? Se suponía que él y Susana no se soportaban ¿Desde cuándo siente que si no besa a la prometida de su mejor amigo no podrá seguir respirando?
Susana nunca había reaccionado así con nadie. ¿Puede correr el riesgo de averiguar qué pasará si se entrega a Kev?
Y qué pasará si vuelve Tim, ¿podrán dar un paso atrás?
Harrison MacMurray, agente de un peculiar departamento de Inteligencia, debe investigar los asesinatos de dos matemáticos y dos militares retirados y la primera pista fiable que encuentra vincula esas muertes con un prestigioso y joven congresista, el niño mimado del Capitolio, Benedict Holmes.
Con apenas dieciocho años, Pam sobrevivió a un infierno y empezó de cero lejos de casa. Entonces se prometió que sería fuerte y los tatuajes que lleva le recuerdan que es una luchadora y que no necesita a nadie. Su trabajo como fotógrafa y cámara le permite viajar por el mundo y se especializa en rodar documentales, cuanto más peligrosos mejor. Pero el último casi acaba con su vida y ahora, para evitar que la despidan, tiene que rodar un maldito documental en Cerdeña con el National Geographic. Pam se lo toma con resignación, como unas vacaciones forzosas, hasta que se tropieza con Ben y siente que nada de lo que ha hecho o sentido hasta ahora la ha preparado para un hombre como él.
Descubrir el amor y la pasión te cambia la vida; perderlos puede arrebatártela.
Tim y Amanda no tendrían que haberse conocido, sus vidas no deberían haber coincidido esa noche en una lujosa fiesta de Boston, pero coincidieron. Y les bastó con verse en los ojos del otro para saber que, cuando dos personas se pertenecen tan profundamente, quizá el tiempo y los errores no importen tanto. Quizá lo único que importa de verdad es el amor.
Fue demasiado pronto y demasiado intenso. Se enamoraron, se casaron y se perdieron... Pero años más tarde, con nuevas vidas y con algunos sueños cumplidos, un truco del destino consigue que se reencuentren en París. Y esta vez, a pesar del dolor y de los remordimientos, los dos están dispuestos a luchar por lo que sienten, porque cuando no se olvida, no se puede dejar de amar.
Tim y Amanda no tendrían que haberse conocido, sus vidas no deberían haber coincidido esa noche en una lujosa fiesta de Boston, pero coincidieron. Y les bastó con verse en los ojos del otro para saber que, cuando dos personas se pertenecen tan profundamente, quizá el tiempo y los errores no importen tanto. Quizá lo único que importa de verdad es el amor.
Fue demasiado pronto y demasiado intenso. Se enamoraron, se casaron y se perdieron... Pero años más tarde, con nuevas vidas y con algunos sueños cumplidos, un truco del destino consigue que se reencuentren en París. Y esta vez, a pesar del dolor y de los remordimientos, los dos están dispuestos a luchar por lo que sienten, porque cuando no se olvida, no se puede dejar de amar.
Harrison MacMurray, agente de un peculiar departamento de Inteligencia, debe investigar los asesinatos de dos matemáticos y dos militares retirados y la primera pista fiable que encuentra vincula esas muertes con un prestigioso y joven congresista, el niño mimado del Capitolio, Benedict Holmes.
Victoria se casó con Benedict porque compartían el mismo sueño: cambiar las leyes para que sirvieran de verdad a quien las necesitaba y no solo a quien podía pagarlas, pero Ben ahora es distinto y ella ya no se siente feliz con su vida. Hasta que una mañana conoce a Harry, el analista informático que han contratado para la campaña de reelección de su marido.
Harry tiene que averiguar cuanto antes si Benedict Holmes es un traidor, no pensar en Victoria, en lo increíbles que son sus ojos, en lo excitantes que resultan todos y cada uno de los segundos que pasa con ella. Debe ir con cuidado, un mero error podría ser mortal para los dos. Y tiene que encontrar el modo de contarle la verdad a Victoria antes de que sea demasiado tarde. O tal vez ya lo sea…
Porque el amor es lo más peligroso que puede sucederles.
Con apenas dieciocho años, Pam sobrevivió a un infierno y empezó de cero lejos de casa. Entonces se prometió que sería fuerte y los tatuajes que lleva le recuerdan que es una luchadora y que no necesita a nadie. Su trabajo como fotógrafa y cámara le permite viajar por el mundo y se especializa en rodar documentales, cuanto más peligrosos mejor. Pero el último casi acaba con su vida y ahora, para evitar que la despidan, tiene que rodar un maldito documental en Cerdeña con el National Geographic. Pam se lo toma con resignación, como unas vacaciones forzosas, hasta que se tropieza con Ben y siente que nada de lo que ha hecho o sentido hasta ahora la ha preparado para un hombre como él.
Ben estudió la carrera perfecta, se enamoró y se casó con la mujer perfecta y tenía el trabajo perfecto. Hasta que estuvo a punto de ser acusado de traición. Ahora Ben acaba de divorciarse y ha dimitido. No tiene nada ni a nadie, y necesita desaparecer para poder pensar y recordar quién es de verdad. Cuando tenía veinte años pasó un verano en Cerdeña y, en un impulso, compra un billete para la isla. Una vez allí, Ben se da cuenta de que lleva años viviendo sin respirar, sin sentir, sin emocionarse y decide hacer todo lo que sea necesario para remediarlo. Pero en sus planes no entra para nada sentirse atraído por una mujer completamente opuesta a él, una mujer cuya mirada contiende demasiados secretos y a la que él, sin saberlo, lleva toda la vida esperando.
Hay personajes secundarios que se merecen su propia y gran historia de amor. Si conociste a Pam y a Ben en Las reglas del juego y Donde empieza todo, ahora te enamorarás de ellos en Fuera de juego.