Con veinte años una cree en princesas y en amores para toda la vida. Eso le pasó a Nora. Se enamoró de Giorgio y se casó con la idea de que había encontrado su verdadero amor. A los cuarenta años ese supuesto amor, al que Nora había cuidado y ayudado a ascender en su carrera, sin pensar en el daño que se le puede ocasionar, la deja por una mujer más joven y comienza una nueva vida.
De pronto Nora se ve vieja, gorda, con hijos, desfasada, sin trabajo, y lo peor de todo, cree que su vida ha terminado. Pero gracias a su mejor amiga, que es la positividad en persona y que la anima a ir al gimnasio y a retomar las riendas de su vida, todo cambia.
De pronto Nora abre los ojos y se da cuenta de que a pesar de que Giorgio la ha dejado, ¡sigue viva!.
El destino, ese gran caprichoso que a veces nos amarga o nos endulza la vida, le depara a Nora muchas sorpresas. Sorpresas, amores e ilusiones que nunca imaginó.
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