La música es lo más importante en la vida de Jimena: su trabajo, su manera de expresarse, su pasión... De hecho, su chelo es el mejor amante que ha tenido: fiel, comprensivo
y siempre dispuesto a satisfacerla.
Así que, ¿para qué necesita un hombre por muy atractivo que sea? Jimena no está dispuesta a soportar que nadie le diga qué debe hacer, ni cómo vestirse, que piense que su lengua es un arma de destrucción masiva o que se queje de lo horrorosas que son sus pecas... Y eso es justo lo que pasa cada vez que tiene la mala suerte de coincidir con Lucas.
Pero cuando se ven forzados a compartir una casa antigua en un pueblo en medio de ninguna parte, las chispas empiezan a saltar
sin que ninguno de los dos pueda evitarlo.
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