Porque el amor duele y deja profundas cicatrices que sólo el tiempo se encargará de borrar te invito a vivir estos “Treinta Días” bajo la piel de Eli, en los cuales la palabra “caos” significará para ella una completa e inusitada “devastación total”.
OPINIÓN
Esta es otra de las novelas de la autora de El
precio del Placer, que ya he reseñado y me pareció magnifica. En este caso
son menos páginas, unas 500, pero he de decir que también me ha gustado menos,
aunque sigue estando 100% recomendada. Es como digo una novela romántica,
divertida, con mucho drama y líos amorosos a tres bandas, pero me encanta.
Aunque a las que no os gusten los culebrones no os va a gustar, definitivamente
a mí me entusiasman así que procedo a adentraros en esta novela.
El titulo será un pilar muy importante en la
historia, cuando descubráis su significado me decís ;)
Los protagonistas en este caso son Elisa de Real,
escritora de 32 años, Diego, que es abogado y el mejor amigo de Elisa, y Mateo,
nuestro querido arquitecto de ojos verdes, mejor amigo de Diego y por
consiguiente, amigo de Elisa (por eso de que los amigos de mis amigos son mis
amigos =P)
¿Cómo actuarias vosotras si el hombre al que amáis,
o creéis amar os anunciase su compromiso y boda con vuestra peor enemiga? Pues
eso es lo que le pasa a nuestra protagonista, que por si no fuera poco tiene
que enfrentarse en ese preciso momento al regreso de su madre enferma, quien la
abandonó siendo ella muy pequeña, y que además viene con equipaje, un hermano
para Elisa, ya crecidito de 25 años, con el que pasaremos del odio al amor en
segundos.
Mateo es un chico seguro de sí mismo, arrogante,
egocéntrico, pero al que querremos desde el minuto uno por su vitalidad,
ironía, sinceridad, picardía y sobretodo porque es un hombre que lucha por lo
que quiere. Es el único que tiene las ideas claras, ¡un hombre así, por favor!
¡Gracias! ;)
Diego, sin embargo, es un chico inseguro (vale
recordadme que deje de llamar chicos a hombres con más de treinta años, es un
defecto que tengo chicas =P), yo lo definiría como el perro del hortelano: ni
como, ni deja comer. Este personaje, por llamarlo de alguna manera, va a
casarse, pero no quiere perder a su mejor amiga, la que no se ha dado cuenta de
que siente algo más que amistad por él.
Así que este chico tendrá un debate entre si quiere
a su futura mujer, a su mejor amiga…¿o a la mejor amiga de Elisa?...en fin un
hombre con las cosas poco claras a diferencia de Mateo que si es un AMOR.
Y por último os menciono a Elisa, otra que bien
baila, ¿está enamorada de su mejor amigo, del mejor amigo de Diego, de su
médico? En muchas ocasiones querremos matarla, así que sobra decir que su
personaje no me ha entusiasmado.
Entiendo su situación con respecto a su madre, yo
sinceramente no sé cómo hubiese actuado ¿habría estado a su lado cuando ella me
necesitaba, si ella en su momento me abandonó y no volvió a buscarme?...no sé
en estos casos se suele decir que es muy fácil hablar...
También sería fácil hacerlo con respecto a su
debate interno sobre no hacer daño a su mejor amigo, dejarlo que se case, no
comprometerse por tener un futuro incierto, ¿pero acaso el futuro en algún caso
es cierto, previsible? ¡NO! Así que asumid riesgos y no toméis decisiones por
otras personas, aunque penséis que es lo mejor para ellas. ¡Actuemos!
¡Cometamos errores! en definitiva ¡Vivamos!
Que nuestra protagonista tenga la cabeza hecha un
lio no le da derecho a portarse así con las personas que la quieren. ¡Si
quieres estar sola pues adelante, pero asume las consecuencias y ya deja de
joder al resto! Esto le hubiese dicho si la tuviese delante, pero es que al
final todo es tan bonito, nostálgico…que hace que se nos olviden los errores de
todos.
Lucas, el hermanastro de Elisa, es otro de los
personajes que nos cautivará, es un muchachito insolente, que defiende a su
madre a ultranza, como es natural en su situación, pero que pronto se dará
cuenta lo difícil que es todo para su hermanita, a la que servirá de soporte
como si de un hermano de sangre se tratase. Otra de las cosas que nos gustará
de él es que también tiene las cosas claras, y no dejará escapar a Margarita,
médica y amiga de la infancia de su hermana.
Como punto negativo decir que no me gusta cómo
trata la vida a Mateo, no se lo merece. El único que tiene las cosas claras y
aun así el que más tiene que sufrir por temas amorosos, incluida una ex loca,
como no podía ser de otra manera que se interpone en su relación.
Como punto positivo TODO, aunque el final me hizo
derramar más de una lagrima y eso lo creáis o no, me sorprendió, a la vez que
encantó ¿Qué os ha parecido a vosotras?
Al mismo tiempo la enorme familia que se crea con
la unión de unos y otros personajes hará que amemos la historia.
Para finalizar os dejo unos fragmentos:
— ¿Qué coincidencia de la vida, no? Tú
enamorada de tu mejor amigo y yo enamorado de la mejor amiga de mi mejor amigo.
— Que
se case, que sea feliz y todo el mundo estará tranquilo.
—
¿Y nosotros?
—
Búscate una novia, ¿quieres?
—
Para qué si te tengo a ti.
Esta
vez ni siquiera pude dedicarle una mueca o una efusiva mirada, sino que, en vez
de eso,terminó robándome una flamante sonrisa que no logré disimular.
—
Definitivamente, tú no cambias.
—
No, creo que sigo siendo el mismo que viste y calza, sólo que un poco más
apuesto.
—
Y cada vez más arrogante — . Me dediqué a probar uno de los deliciosos
pastelillos que había encargado para mí. ¡Si que sabía delicioso! Y fue así
como sentí sus ojos sobre los míos.
Simplemente,
no podía quitarme la vista de encima viendo como saboreaba el dulce chocolate
que se
derretía
en mi boca.
—
Daría todo lo que tengo por ser ahora mismo ese pastel —agregó.
—
Que está sumamente exquisito. No sabe cuanto se lo agradezco, señor.
—
Se me ocurren unas cuantas maneras. ¿Lo quieres intentar? Anda, di que sí.
---
—
Este hotel está lleno de habitaciones, muñeca, y yo… ardo en deseo por hacerte
el amor
de
mil maneras y nada más que a solas.
« ¿Tenía que meditarlo? » .
—
¡Vaya, Solar! ¡Qué romántico te me has puesto últimamente!
—
Sí, así soy yo, todo un romántico. Ahora ven conmigo si no quieres que termine
montando
un
espectáculo frente a todas estas personas.
—
¡Qué Dios se apiade de mí, arquitecto! — comenzamos a caminar presurosos hacia
la
salida
del bar.
— ¡Ni Dios ni nadie
te salva de ésta, muñeca mía, eso te lo puedo asegurar!