Bienvenidos a Grace Valley, California, donde la voz de la sangre se dejaba oír con más fuerza, los lazos entre personas eran más sólidos y el amor más dulce.
Quienes visitaban el pueblo solían alabar su tranquilidad y su belleza, cosas que Grace Valley poseía en abundancia. Puertas abiertas, porches a la entrada de las casas y tartas enfriándose en las ventanas: vida campestre en estado puro. Pero quienes estaban de paso no siempre veían lo que se ocultaba en el corazón del pueblo. O más allá de él.
June Hudson se crió en Grace Valley: era la hija del médico del pueblo. Se marchó únicamente para estudiar medicina y regresó para seguir los pasos de su padre. Algunos dirían que eligió el camino más cómodo y fácil, pero June sabía que no era así.
Para ella, la sala de urgencias estaba allí donde se la necesitara, o allí donde la abordara un paciente. Siempre estaba de guardia, vivía volcada en su trabajo y el pueblo entero era su familia. Lo cual era una suerte, porque en Grace Valley lo normal era que una chica conociera a su futuro marido estando aún en el colegio. Grace Valley no era el mejor lugar para conocer a solteros apetecibles... hasta que un agente antidroga comenzó a aparecer en los momentos más insospechados.
En el valle todo el mundo tenía secretos. Ahora, June también tenía el suyo.
Bienvenido de nuevo a Grace Valley, en California. El lugar en el que las mejores cosas de la vida nunca cambian…
En este pueblo tranquilo, los vecinos cuidan unos de otros como si se tratara de una gran familia. En una comunidad así es difícil guardar un secreto. Sin embargo, la doctora June Hudson ha conseguido algo portentoso…
Aunque las visitas de su amante secreto, el agente de la Agencia Antidrogas Jim Post, eran tan clandestinas como apasionadas, encajaban con su exigente horario de médico de pueblo, una profesión que requería la capacidad de existir a base de cafeína, bollos de azúcar y nervios de acero.
Pero, ¿cómo iba a competir un amante secreto con un novio del pasado, con alguien de carne y hueso? El antiguo amor de June había vuelto a Grace Valley después de veinte años, y divorciado. June se sentía muy insegura. Así pues, cuando una de las esposas más enamoradas del pueblo le disparó unos perdigones a su marido en el trasero y en el jardín de la casa de la tía de June, Myrna Claypool, aparecieron unos huesos humanos, June casi agradeció la distracción. Más tarde o más temprano, el amor se abriría paso en Grace Valley. Como siempre.
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