Ningún país está tan lejos como para no visitarlo. Esa es la filosofía de Andrés. Hace tres años huyó de su casa, su familia y su país, y desde entonces recorre el mundo sin ningún plan excepto su propio antojo. Casi ha conseguido borrar de la memoria a quien no quiere recordar. Hasta que una mañana, tras una noche especialmente descontrolada, recibe una llamada que dará un giro radical a su vida y le obligará a volver a donde no quiere regresar. Su tío Caleb ha sufrido un accidente y no pinta nada bien. Andrés no tiene otro remedio que volver al pueblo que abandonó sumido en el dolor y quedarse allí por un tiempo que se le antoja eterno. Allí descubre que su mejor amigo de la infancia ha ocupado su lugar. Hace su trabajo, se ha convertido en la mano derecha de su tío y es el inseparable compañero de su exnovia, Paula. Y a Andrés todo eso le parece maravilloso. Odia trabajar en el campo, y tampoco le importa mucho que Caleb solo tenga buenas palabras para su antiguo amigo (ese al que va a partir la cara en cuanto se cruce en su camino) y desde luego, le parece estupendo que esté tan unido a Paula, esa zorra que le destrozó la vida y a la que no consigue olvidar.
OPINIÓN
Esta novela
es la secuela de Ardiente verano; no
obstante puedes leer esta historia sin leer la anterior aunque siempre es
recomendable. Sobre todo porque así ya habrás podido conocer a los personajes,
el entorno y sus tradiciones, además de comprobar lo bien que les sigue yendo a
la pareja protagonista.
Puntualizaciones
a un lado, vamos a resumir un poco la historia. Todo empieza con Andrés,
nuestro protagonista e hijo de la protagonista de Ardiente verano, viajando por toda Europa mientras hace las veces
de artista callejero, disfrutando de la vida, las fiestas, las mujeres y,
desgraciadamente, de las drogas... En todo este periplo estará acompañado de
dos buenos amigos: Lua, una natural y pizpireta pelirroja; y Razz, un atractivo
y reservado moreno que guarda algún secretillo…
Tras una
noche de desenfreno que casi lo lleva al borde de la muerte, recibe la llamada
de su madre informándole de que su tío Caleb (a quien quiere como un padre) ha
tenido un accidente y está gravemente herido. A pesar de no tener la más mínima
gana de regresar, lo hace lo más rápido posible acompañado, como no, de sus dos
buenos amigos.
A quien
leyese Ardiente verano, como es mi
caso, le llamará la atención que Andrés, que rogaba a su madre pasar los
veranos en su pueblo lleve tres años sin
regresar. La culpa, como no podría ser de otra manera, es de una mujer (claro
nosotras siempre las culpables ¬¬). Su amor de infancia que tras años de
relación le rompió el corazón. Ahora debe enfrentarse a ella y a los
sentimientos que le produce volver a verla y encima más guapa que nunca. Ojo,
que poco se habla del efecto ex y lo guapos que se ponen cuando los dejas
jajajaja
Pero no solo
nuestro protagonista vivirá una historia de amor, sino que Lua, alérgica a todo
lo que huela a compromiso y tradicional, se pilla por el ex mejor amigo de
Andrés, “el manguera”; y sí, el apodo viene justo de donde pensáis… :D Por
primera vez, alguien dice que no a Lua, pues el manguera busca algo serio y
estable, nada de hoy nos liamos y mañana tan amigos… Así que mientras que el
objetivo de este viene a ser controlarse ante los encantos de Lua, ella tiene
la intención contraría dando lugar a toda una serie de momentos de lo más hilarantes.
¿Y qué hay de
Razz? Bueno, chicas, nuestro morenazo de mirada intensa también tendrá un
tórrido romance, pero de esto no os cuento nada, pues el secretito que guarda
Razz tardará en salir a la luz, y aunque quizás para entonces ya sospeches algo
si eres una avezada lectora, las sorpresas siempre son agradables. Solo diré
que también es divertida y tierna, además de un poco original e incluso erótica
para algunas.
Por si todo
esto fuese poco, un misterio se va a desarrollar en el pueblo con dramáticas
consecuencias.
En cuanto a
mi opinión, lo cierto es que Noelia Amarillo siempre me gustó mucho. Me pareció
tener un punto fresco y original en cada libro, y me encanta que elija
protagonistas normales y no haya sucumbido a la moda del multimillonario
bipolar. En ese caso encontramos todos los elementos que me hicieron enamorarme
de su literatura: es una historia fresca, un tanto original, con personajes
para todos los gustos y un erotismo sensual y explicito sin llegar a ser
demasiado. Además, en los momentos más románticos no llega a resultar demasiado
almibarada.
Yo lo
recomendaría tanto si buscas una historia romántica como si prefieres el
erotismo, porque el equilibrio entre
ambas da como resultado una mezcla ideal. La risa está asegurada, al igual que
la ternura y emoción en algunos de los momentos, pues es fácil empatizar con
personajes tan cotidianos que os recordarán a vosotras
mismas o a alguien cercano.
Por poner una
pega, creo que para ser Paula la “culpable” de la tristeza de Andrés y por
tanto la pareja del protagonista, queda un poco desdibujada en la obra. No es
un personaje al que tengas la sensación de acabar conociendo, y aunque por lo
general la entiendes, cuando acabas la novela te das cuenta de que sabes más
sobre cualquiera de los otros personajes, incluso de los más secundarios, que
de alguien que se supone es la protagonista.
También me
hubiese gustado un final más desarrollado, quizás menos introducción y más
desarrollo del final que parece un poco abrupto en cuanto a sus relaciones.
Todos los personajes tienen ciertos miedos en a las relaciones y nos hubiese
gustado conocer de forma más pausada como los van superando.
Pero para
terminar con buen sabor de boca, os vuelvo a invitar a que le deis una
oportunidad a esta novela o cualquier libro de
la autora. Para empezar es producto nacional y además creo que todas encontraréis
algo llamativo y de interés en sus novelas.
